TÚMBISCA

Emilio García Vieyra, de la vinata Túmbisca viejo

Por: María Fernanda Romero Mendoza

Instituto de Investigaciones Históricas-FFyL. UNAM 

Aunque la vinata de don Emilio García Vieyra, de 64 años, está por iniciar labores, ello no quiere decir que él sea un ajeno al mundo del mezcal. Nacido en Túmbisca, durante su niñez estuvo permanentemente rodeado por el mezcal, que según recuerda era utilizado para la elaboración de remedios caseros o que era consumido en las fiestas o por familiares. 

Por cuestión de la persecución que había en ese entonces contra los productores, su familia no estuvo muy involucrada con la producción del mezcal, aunque sí recuerda haber visitado varias vinatas en ese entonces. A la edad de los 12 años vino para Morelia a estudiar y en la ciudad conoció a la que es su esposa, la señora Cruz, y trabajó en muchas ocupaciones –desde cajero en un banco hasta de guardián en el zoológico– y luego emigró para los Estados Unidos con su familia hasta que en el año 2004 decidieron radicarse en este país.

Fue hasta su regreso a México que un amigo suyo que radicaba en Túmbisca le propuso vincularme a la producción de agave en el pueblo; de modo tal que don Emilio comenzó a sembrar sus primeros agaves por allá en 2013. Fue en una de esas reuniones cuando entró en contacto con Crescenciano –que era de la asociación de productores del mezcal– y fue él quien le dio las pautas para entrar en el negocio del agave y del mezcal.

El consejo más importante que le dio, recuerda don Emilio, es que para organizar el negocio del mezcal era indispensable contar con el apoyo de la familia, vincularla lo más que se pudiera. A partir de ello, y de haberlo comentado con su esposa e hijos, decidieron comenzar seriamente con la siembra del agave y a partir de allí vincular el nuevo proyecto con las otras familiares: una promotora turística y el transporte público. En torno a estos proyectos fue que comenzamos, por ejemplo, la construcción de un puente para que la gente pudiera hacer “jumping”, en Etúcuaro, en otra zona que también es de producción de agave y de destilado de mezcal.

Ahora bien, si Crescenciano fue quien le dio las nociones y orientaciones a don Emilio para comenzar en el negocio del agave en su término más amplio, fue Mario Rocha –que está casado con una prima suya– quien le enseñó a destilar.

Le dije a Mario Rocha, que cuánto me cobraba por una trabajada, yo tenía la espinita de tener una trabajada completa –ya que mis agaves por ese entonces estaban apenas buenos para ser destilados y quería hacer un mezcal y él, Mario, me dijo que no me cobraba nada por la trabajada, que íbamos a hacerla ambos. Ahí aprendí con él a elaborarlo.

Esta primera destilada don Emilio la realizó en la vinata colectiva donde es socio Mario Rocha, Hacienda del Rincón, y es por su apertura en compartir conocimiento, por su solidaridad y su trabajo en equipo, que esta vinata ha fungido como una especie de escuela de maestros mezcaleros. 

Después de esta experiencia y con lo aprendido de Mario, don Emilio se animó a iniciar la construcción de su propia vinata que se llama Túmbisca Viejo. Además de buscar mantener un método lo más tradicional posible, esta vinata también va a incorporar el uso del puente para “jumping” y de una tirolesa, como atractivos que se ofrecerán con la vinata. Los recorridos turísticos que don Emilio y su familia tienen pensado ofrecer en Túmbisca son semejantes a los de Etúcuaro, con el adicional de que piensan explicarle a quienes les visiten algunos sucesos históricos que han pasado por allí –como la Guerra Cristera o la persecución a los mezcaleros– como un elemento adicional que permita vivir una experiencia en la visita de la vinata.

De modo tal que la vinata Túmbisca Viejo cuenta no solo con su respectivo horno de cocimiento, tinas de fermentación y su alambique, sino que además piensan adecuarla con la infraestructura necesaria para que las personas que tengan algún tipo de discapacidad puedan visitarla y disfrutar allí de su estadía. Por último, quisiéramos recalcar que la vinata, como negocio familiar que es, fue diseñada por el propio don Emilio y que su construcción está siendo adelantada por sus hijos que ellos saben de todo y claro también con el apoyo de Mario Rocha, de la vinata Hacienda del Rincón.